Pero con la llegada de Celina Blech (cuando las vacaciones del árbol se acabaron) algo empezó a cambiar. Celina también había leído Los capitanes de la arena y cantaba El ejército del Ebro pero además tenía una virtud de la que Leonora y yo carecíamos: podía decir sin vacilación quién era un revolucionario y quién un reaccionario. ¿Heráclito?, decía, Heráclito es un revolucionario; y que Berkeley era, sin ninguna duda, un hombre de la reacción...
Liliana Heker, cuentista y novelista, nació en Buenos Aires en 1943
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