Y si bien el resultado rozo lo patético... esta muchachita sabe saltar y sonreir... pues demosle la posibilidad de saltar de su mundo a este otro más liviano y superfluo...
Gracias al profesor Berenski he conocido el fascinante mundo de las burbujas enterradas. A su lado he emprendido la lucha para que la nefasta red global no sea concluída.
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