El Universo era para los gnósticos una gradación, desde lo más sutil (Dios) hasta lo más bajo (la materia).
Así el demiurgo como creador y ordenador del mundo material, se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales.El Espíritu es la única parte de divinidad que le corresponde al ser humano, librando este una "batalla" permanente frente al cuerpo y lo material, transformando así la tierra en el infierno, entendiendo por infierno no el concepto del Hades o del inframundo sino, simplemente, el lugar más alejado de Dios.
Tan sólo la sophia, la sabiduría, la gnosis, llega por amor, desde lo sutil hasta la tierra para librar al ser humano de la esclavitud de la materia.
La salvación no es una cuestión de creencia o de piedad divina, sino que se convierte en una revelación, sólo posible para aquellos que aún no han perdido del todo lo poco de divinidad que todos los seres humanos poseen.
ver más acá
No hay comentarios:
Publicar un comentario