La estrategia es simple y por ende exitosa: las sonrisas atraen (quién sabe si es algo en nuestro mapa genético o sencillamente un plus de la cultura) y así el mensaje llega... las burbujas estarán por todos lados... inevitablemente...
Gracias al profesor Berenski he conocido el fascinante mundo de las burbujas enterradas. A su lado he emprendido la lucha para que la nefasta red global no sea concluída.
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