Después de su experiencia americana, Veronika se traslada a Praga, donde adquiere un pequeño apartamento y sigue trabajando como modelo de glamour. A pesar de su fama creciente y el medio en que se desenvuelve, en la capital checa lleva un estilo de vida sencillo. En lugar de comprar un auto a su gusto, prefiere utilizar el tranvía, sus largas piernas o su bicicleta para ir a todas partes.
Durante esta época, asumiendo que la encantadora chica de las fotografías eróticas estaba para la venta y amaba el dinero como todas las demás, uno de los hombres más ricos del planeta le ofreció a Veronika Zemanova una cantidad exhorbitante de dinero para pasar una noche de sexo con ella. Esta tentadora propuesta no tuvo éxito con Veronika porque ella no era la típica modelo ambiciosa y sin escrúpulos que se vendía al mejor postor o esperaba la oportunidad de convertirse en la esposa-trofeo o la amante de un millonario o de un mafioso. En su lugar buscaba un amor más personal y verdadero, sintiéndose perdida en una industria que vendía sexo e intimidad en cada imagen.En el 2001, Zemanova se reencuentra en Roma con el fotógrafo italiano
Stefano Santori, a quien había conocido años atrás, y se asocia con él para crear su primera página web, aprovechando su inmensa popularidad en la red. Además se relacionan sentimentalmente. En esta, su primera agencia propia, Veronika trabajó bajo el seudónimo de Eva posando desnuda y masturbándose delante de las cámaras. Veronika había planeado usar este seudónimo durante el resto de su carrera, pero por un error de producción, sus sesiones fotográficas aparecieron publicadas con su nombre real, Veronika Zemanova.
La chica decidió, entonces, conservar este último y dejar de usar su seudónimo. Para entonces, su website era muy popular y visitada, con miles de fans registrados, ansiosos de ver sus actualizaciones semanales. Adicionalmente, aunque Veronika no hablaba todavía inglés, las ofertas y sesiones fotográficas con importantes revistas para hombres de EE. UU. y Gran Bretaña se multiplicaban.
Al terminar Veronika su desafortunada relación personal y de negocios con Stefano Santori, este último consiguió quedarse con el website, mientras Veronika se reponía de las pérdidas económicas. No fue un buen tiempo en su vida, pero fiel a su promesa, pronto encontraría el amor que había buscado y comenzaría una nueva vida.
Después de su experiencia americana, Veronika se traslada a Praga, donde adquiere un pequeño apartamento y sigue trabajando como modelo de glamour. A pesar de su fama creciente y el medio en que se desenvuelve, en la capital checa lleva un estilo de vida sencillo. En lugar de comprar un auto a su gusto, prefiere utilizar el tranvía, sus largas piernas o su bicicleta para ir a todas partes.
Durante esta época, asumiendo que la encantadora chica de las fotografías eróticas estaba para la venta y amaba el dinero como todas las demás, uno de los hombres más ricos del planeta le ofreció a Veronika Zemanova una cantidad exhorbitante de dinero para pasar una noche de sexo con ella. Esta tentadora propuesta no tuvo éxito con Veronika porque ella no era la típica modelo ambiciosa y sin escrúpulos que se vendía al mejor postor o esperaba la oportunidad de convertirse en la esposa-trofeo o la amante de un millonario o de un mafioso. En su lugar buscaba un amor más personal y verdadero, sintiéndose perdida en una industria que vendía sexo e intimidad en cada imagen.En el 2001, Zemanova se reencuentra en Roma con el fotógrafo italiano Stefano Santori, a quien había conocido años atrás, y se asocia con él para crear su primera página web, aprovechando su inmensa popularidad en la red. Además se relacionan sentimentalmente. En esta, su primera agencia propia, Veronika trabajó bajo el seudónimo de Eva posando desnuda y masturbándose delante de las cámaras. Veronika había planeado usar este seudónimo durante el resto de su carrera, pero por un error de producción, sus sesiones fotográficas aparecieron publicadas con su nombre real, Veronika Zemanova.
La chica decidió, entonces, conservar este último y dejar de usar su seudónimo. Para entonces, su website era muy popular y visitada, con miles de fans registrados, ansiosos de ver sus actualizaciones semanales. Adicionalmente, aunque Veronika no hablaba todavía inglés, las ofertas y sesiones fotográficas con importantes revistas para hombres de EE. UU. y Gran Bretaña se multiplicaban.
Al terminar Veronika su desafortunada relación personal y de negocios con Stefano Santori, este último consiguió quedarse con el website, mientras Veronika se reponía de las pérdidas económicas. No fue un buen tiempo en su vida, pero fiel a su promesa, pronto encontraría el amor que había buscado y comenzaría una nueva vida.
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