El valenciano, siempre cercano a los mitos de la cultura española, recuerda al pintor Salvador Dalí cuando se cumplen 20 años de su muerte. Con un 'show' en el sentido literal del término que ha abarcado el desfile 'stricto sensu', la 'performance' -a cargo de un grupo de ballet orgiástico con beso lésbico incluido- y la procesión -los gritos de guapa a modelos como María Reyes, de vuelta 'ex profeso' para encarnar los delirios de Montesinos-, trasladaban al espectador a la Semana Santa sevillana. El creador ha empezado por el final, con un espectacular tutú de plumas concebido para cerrar un desfile convencional. Pero este era especial. De los aparatosos vestidos de fiesta en gasa plisada o terciopelo rojo sangre con serigrafías de obras del pintor catalán, ha pasado al negro pasional y a los vestidos de 'prints' gráficos con chaquetas de 'tweed' muy 'chanelianas' . Tocados con mini cúpulas del Castillo de Púbol, minivestidos de punto ochenteros y prendas de falso 'denim' han precedido al modisto, caracterizado como el genio de Cadaqués.
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