De acuerdo a algunos psicólogos, una persona que cree en una teoría conspirativa tiende a creer en otras; una persona que no cree en una teoría conspirativa tiende a no creer en otra. Esto puede deberse a diferencias en la información en que se basan las partes para formular sus conclusiones.
Psicólogos creen que la búsqueda de significado es común en el conspiracismo y en el desarrollo de teorías conspirativas, y que puede ser suficientemente fuerte como para llevar ella sola a la primera formulación de la idea. Una vez concebida, el sesgo de confirmación y la evación de disonancia cognitiva pueden reforzar la creencia. En un contexto donde una teoría conspirativa se ha vuelto popular dentro de un grupo social, el reforzamiento comunal puede igualmente jugar un papel.
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