sábado, 17 de octubre de 2009

MANUELA VALLES



Algunos historiadores han señalado el elemento de proyección psicológica en el conspiracismo; es decir, la atribución a los supuestos "conspiradores" de características indeseables del ser. Richard Hofstadter, en su ensayo The Paranoid Style in American Politics, afirma que:
...es difícil resistir la conclusion de que este enemigo es en muchos aspectos la proyección del ser; los aspectos tanto ideales como inaceptables del ser se le atribuyen a él. El enemigo puede ser el intelectual cosmopolita, pero el paranóico lo excederá en el aparato de la erudición... el Ku Klux Klan imitó al catolicismo al punto de usar prendas sacerdotales, desarrollando un ritual elaborado y una jerarquía igualmente elaborada. La John Birch Society simula células comunistas y operación quasi-secreta a través de grupos "frontales", y reza una persecución sin piedad de la guerra ideológica a lo largo de líneas muy similares a las que encuentra en el enemigo comunista. Portavoces de varios "cruzados" anticomunistas fundamentalistas expresan abiertamente su admiración por la dedicación y disciplina que clama la causa comunista.


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